jueves, 6 de octubre de 2011

El Thomas Edison del siglo 21.



Hoy, día 6 de octubre de 2011 , un genio pasa a la historia.
“El enigmático, reservado y visionario Steve Jobs, ha muerto hoy a los 56 años”, ha anunciado Apple. Jobs era mucho más que el consejero delegado de Apple. Nunca antes una marca estuvo tan asociada a una persona. Su contribución al mundo tecnológico le convierte en uno de los grandes innovadores de los últimos 75 años, en un transformador de la industria. El Thomas Edison del siglo veintiuno hizo del ordenador un artilugio simple de usar, cambió la manera de hacer negocio con la música a través de Internet y lanzó la telefonía móvil en otra dimensión, el 3G.
Steve Jobs nació un 24 de febrero de 1955 en San Francisco. Fue adoptado. Se crió en el seno de una familia con pocos recursos. Y abandonó la universidad, porque sabía que las oportunidades estaban fuera de las aulas.
Le gustaba la ingeniería, y ya de niño no sólo tenía claro que sería rico, además tenía la ambición de llegar a ser uno de los más grandes entre los grandes, tan popular como Shakespeare o Einstein. A Jobs le fue diagnosticado un cáncer de en páncreas en 2004. Lo hizo público un año después, en el discurso de graduación en la Universidad de Stanford. (Un discurso que pasó a la historia, aquí os dejo el link: http://www.youtube.com/watch?v=qvNef9U29wc&feature=player_embedded )

En abril de 2009 fue sometido a un transplante de hígado, tras negar durante meses los rumores sobre su delicado estado de salud. En septiembre del año pasado reapareció en público para lanzar la tercera generación del popular reproductor iPod. Alarmantemente delgado, y con la voz muy débil, aprovechó para hacer campaña por la donación de órganos.
Aunque se le considera uno de los grandes innovares de la historia, no fue porque creara nuevos productos. Jobs ni inventó el ordenador personal, ni el ratón, ni los reproductores digitales de música, ni los teléfonos inteligentes, ni las tabletas, ni las tiendas electrónicas de música o de libros. Y estaba obsesionado con la competencia, a la que forzó a redefinir sus estrategias. Jobs tuvo la capacidad de simplificar la tecnología existente y explotar su potencial, en el momento adecuado. El Mac que hoy se conoce debutó en el mercado en enero de 1984, como el primer ordenador que presentan todas sus funciones de una manera gráfica. Y lo dotó de un ratón, para que el usuario pudiera desplazar el cursor por la pantalla y con un simple click activar las funciones de los distintos programas. Simplificó la complejidad.
Apple fue fundada en abril de 1976, en un garaje en Los Altos (California), tal y como mandan los cánones del sueño americano. Al lado de Steve Jobs estaba su compañero de estudios y amigo Steve Wozniak. El dúo era perfecto. Jobs, que entonces tenía 21 años, se encargaba de las ideas y de vender el producto. Wozniak se dedicaba a las cuestiones de ingeniería que daban vida a complejos artilugios tecnológicos.
Así, y con un respaldo financiero de 90.000 dólares, nació su primera computadora, Apple I, con una visión: popularizar el uso de los ordenadores personales, llevándolos de las oficinas a las casas. En 1977 llegó su primer éxito, con el Apple II, la primera computadora producida en masa para el consumo. En tan sólo dos años, la facturación de la compañía se multiplicó por quince, de los 7,8 millones de dólares hasta los 117 millones, lo que les convirtió en multimillonarios antes de cumplir los 25 años.
El popular símbolo de la manzana con un bocado al lado derecho lo tomó de los Beatles, que utilizaban la imagen de la fruta del pecado original en sus discos a final de la década de los años 1960. La elección le costaría después una intensa batalla legal para su uso en la tienda electrónica iTunes, donde la música de la legendaria banda de Liverpool estuvo ausente hasta otoño de 2010. Era sólo el inicio de lo que estaba por llegar, en una época en el que el IBM era el gigante a batir.
El Macintosh marco el futuro, a pesar de que sus funciones eran limitadas y su uso cuestionable. Para explotar el potencial de la nueva máquina, Jobs necesitaba un buen programa que le diera vida. En ese momento acudió buscando ayuda al joven Bill Gates, sin saber que con el paso del tiempo se convertiría en su gran rival en Microsoft. Su enemigo entonces era IBM. Las ventas decepcionaron y el PC del Big Blue dominaba de forma aplastante.
La tensión en el seno de Apple creció. Y un año después, Steve Jobs se vio forzado a abandonar la compañía por las diferencias que tenía con su entonces consejero delegado John Sculley, al que había contratado dos años antes de Pepsi. No estaban de acuerdo en cómo estaba llevando el negocio. Pero Sculley, un ejecutivo con más experiencia y madura, tenía el respaldo del consejo.
Los titulares de la época hablan del fin de una era. Pocos ejecutivos en la historia corporativa sufrieron un golpe así y lograron reponerse. Con 30 años, Jobs creó otra empresa, NeXT Computer en un intento por reinventar Apple con una ambición: cambiar el mundo. Pero tuvo serios problemas para abrir hueco en el mercado a un ordenador de esas características y a un precio tan alto como el que ofrecía.
El secretismo le permitió hacer ver más de lo que en realidad había. Y con la empresa rozando la bancarrota, se concentró en su sistema operativo y empezó a explorar nuevas oportunidades. En 1986 se hizo con la división gráfica por ordenador de Lucasfilm, por la que pagó 10 millones a George Lucas. Y así nacieron los estudios de animación Pixar, creadores de Toy Story y Buscando a Nemo.
Demostró a Hollywood que los ordenadores pueden dar rienda suelta a la imaginación y llegar al público general. La tecnología lo permitía. Robert Iger, entonces consejero delegado de Disney, lo entendió perfectamente y no se lo pensó dos veces antes de comprar Pixar por 7.5000 millones. Empezaba así a forjarse una nueva era, en la que Jobs se consolidaría como una estrella.
NeXT sería adquirida por Apple en diciembre de 1996, por 400 millones. Y ocho meses después de integrarse en el gigante de la manzana, Steve Jobs fue nombrado consejero delegado interino de la compañía de Cupertino. Su puesto al frente de Apple se haría permanente en enero 2000, en lo que estaba llamado a ser en el retorno más importante en la historia corporativa de EE UU.
Todo lo que construyó en una década estaba destruido y hundido en pérdidas, y Microsoft dominaba el 80% del mercado de PC. Jobs se reincorporó tras 12 años de exilio a la compañía que creó cargado de ideas para resucitar Apple, como el iMac. La computadora fue lanzada un año después con un éxito rotundo.
Steve Jobs, que se presentaba en público en vaqueros y camisa negra con cuello de tortuga, era una persona obstinada, apasionada, egocéntrica, arrogante y perfeccionista. Era también un genio de la promoción y la imagen. El anuncio que utilizó para el lanzamiento del primer Macintosh rompió moldes y está considerado como uno de los 50 mejores en la historia de la televisión. La estética es otra de las claves de su éxito, toda una declaración de diseño.
Jobs era la imagen de Apple y su historia define la de la propia Silicon Valley. De hecho, podría decirse que hay un antes y después en el mundo tecnológico que lo marca Apple. Una combinación difícil de replicar que le permitió conectar la tecnología con las tendencias, y que explica el tsunami mediático que acompaña a cualquier artilugio que lanza al mercado.
Apple hace tambalear el mercado en el que penetra, porque sus productos son simples y marcan tendencia, como demuestra el caso del ratón. Y en torno a ellos es además capaz de crear un verdadero ecosistema, en el que todos conviven en armonía. Pero eso en Wall Street dicen que no es conveniente apostar contra Apple cuando lanza un nuevo producto.
Inventos para la historia.
Apple I
Uno de los primeros ordenadores personales del mundo. No fue desarrollado por Steve Jobs sino por su compañero y cofundador de Apple, Steve Wozniak, quien lo diseñó y lo fabricó a mano. Sin embargo, fue Jobs el que tuvo la idea de vender el invento. Su visión comercial hizo que el Apple I saliera a la venta en 1976 a un precio de 666,66 dólares, convirtiéndose así en la primera piedra del gran imperio en el que se convertiría Apple.
Apple II
Este segundo ordenador de la familia Apple supuso, la primera de cinco ideas de Steve Jobs que cambiaron el mundo. El Apple II salió a la venta en 1977. Más parecido a un electrodoméstico que su tosco predecesor, el ordenador dejó de ser un producto dirigido a ingenieros, se comercializó en masa y definió el concepto de ordenador personal que ha perdurado hasta hoy día. Con diferentes modificaciones, el Apple II permaneció en el mercado hasta 1993.
Macintosh
Lo que hoy es una batalla por simplificar más que nadie la informática y hacerla más sencilla y accesible para todo el mundo tuvo su primer hito con Macintosh, un ordenador comercializado con éxito por Apple en 1984 que sustituía las líneas de comandos por una interfaz gráfica y un ratón que desde entonces y hasta la actualidad definirían las características básicas de los ordenadores Mac.
iMac
Jobs se marchó de Apple en 1985. A su regreso en 1996 tomó las riendas de la empresa, al frente de la cual no tardó en marcar un nuevo hito. Revelado en 1998, el iMac planteó un nuevo concepto de ordenador personal que ha permanecido con éxito hasta la actualidad. A pesar de que los iMac han tenido múltiples diseños, su característica principal siempre ha permanecido inalterable: la CPU y el monitor no son independientes sino que están integrados en un mismo aparato.
iPod y iTunes
Para muchos, aquí radica la gran revolución de Apple, la que afectó de forma definitiva a la industria discográfica. En primer lugar surgió el iPod, en 2001, un reproductor de música MP3 que se impuso al resto de dispositivos similares del mercado gracias a su diseño y su cómoda interfaz. Pero fue en 2003 cuando apareció el complemento perfecto para el iPod, iTunes, una plataforma de venta oficial de música, que reveló el potencial de la distribución digital. Con iTunes se abrían posibilidades como la compra de canciones sueltas y se iniciaba un acalorado debate sobre los precios de la música. El iPod, que ha vivido múltiples rediseños y reinterpretaciones, y iTunes sentaron las bases de todos los futuros productos de Apple.
iPhone
La esencia del iPod se convirtió en un monstruo aún más colosal al trasladarse a la industria de la telefonía móvil. El iPhone, lanzado en 2007, revolucionó el sector de manera radical. Desde entonces, el concepto smartphone comenzó a popularizarse hasta el punto de que todos los fabricantes de terminales tuvieron que readaptar sus estrategias para aclimatarse a la nueva situación del mercado. La conexión a Internet, la pantalla táctil y la revolución de las aplicaciones (herramientas descargables que convierten los móviles en asombrosos dispositivos multiusos) marcaron un punto de inflexión en las nuevas tecnologías.
Este es un video que pasará a la historia, el día que Steve Jobs presentó el iPhone.
iPad
La última gran revolución de Apple. Anunciado en 2010, la compañía de la manzana creaba con el iPad un nuevo mercado, el de las tabletas. Esta especie de ordenador portátil sin teclado físico se presentó como un dispositivo multitarea que permitiría navegar por Internet, leer cómics y libros electrónicos, ver fotos y vídeos, escuchar música... El producto no inventaba nada sino que se limitaba a aunar en un mismo dispositivo conceptos ya conocidos bajo un diseño atractivo. Ante el escepticismo de muchos, la filosofía Apple volvió a triunfar. Actualmente, todas las grandes tecnológicas han lanzado ya sus propias tablets o se preparan para hacerlo.

“Apple ha perdido a un visionario y a un genio creativo, y el mundo ha perdido a un impresionante humano. Los que hemos sido afortunados de trabajar con Steve han perdido a un querido amigo y a un mentor inspirador. Steve deja una compañía que sólo él podría haber construido, y su espíritu será la base de Apple para siempre”. Tim Cook, actual director de Apple.
 “El mundo ha perdido a un visionario”. “Era lo suficientemente valiente para pensar diferente, lo suficientemente atrevido para creer que podía cambiar el mundo y lo suficientemente talentoso para hacerlo”. Barack Obama, presidente de los Estados Unidos de América.

El video que pongo a continuación habla sobre personas que pensaron diferente, que se atrevieron a cambiar el mundo y lo consiguieron.
Este es el comentario sobre el video:
No se trata del largo plazo, no hay planes para el futuro más que un uno: Mirar alrededor. De vez en cuando, la humanidad encuentra personas que son capaces de ver cosas que nadie más ve. De escuchar canciones que nadie más ha oído. Y en cualquier momento surge todo, en un día normal, en una tarde normal, algo marca profundamente la historia de la humanidad. Solemos llamar a esos hombres rebeldes. Sin embargo, y esto es todavía más extraño aún, algunas semanas después de esa idea, de esa visión surge otra. No otra cualquiera, sino aquella que araña con fuerza el tejido en el que todos vivimos. Algunos se sorprenden y de repente miran a quien ha sido capaz de tener una idea semejante. “Está loco”. Son los locos. Pero algunos son capaces de algo más: Hacer que otros los entiendan. Que comiencen a ver las cosas de forma distinta, que entiendan la visión que un día comienza con una chispa y acaba magullando conciencias. En un mundo de pensamientos normalizados, alguien que piensa diferente.
Pero nadie espera que, cada cierto tiempo, haya una persona que tenga algo más. De esa persona de la que nadie esperaba nada comienzan a brotar ideas que mueven el mundo. Y es imposible detenerlas. Son capaces de empujar a la raza humana, de hacer que germine la creatividad en otros, de empujarnos a pensar, por un instante, un día, en un segundo, que no seríamos los mismos hoy sin él. Y por eso son tan excepcionales.
A estas personas los llamamos genios.
 Steve Jobs era uno de ellos.
Los genios nunca desaparecen. Siempre nos dejan un legado en forma de obras, de palabras, de acciones que nos enriquecerán toda la vida. La mejor forma de honrar la vida de un genio es propagar sus actos, dejar que sus ideas nazcan y crezcan en nosotros, de permitir que el mundo cambie gracias al impulso que nos dio. Enfrentaos al mundo tomando a Jobs no como ejemplo, sino como punto de partida.
Sed mejores a cada segundo. Ese, sin duda, es el mejor homenaje que podemos hacerle a un genio.
Ha muerto una persona más, de los cientos o miles que habrán muerto en ese mismo instante. Pero no ha muerto una persona cualquiera, ha muerto una persona que ha dejado su impronta en el mundo y que cambió la manera que tenemos hoy en día de entender la informática. Ha muerto una persona que por cuya pasión se llegó a crear el ordenador desde el cual escribo estas líneas ahora mismo.
 “Apple ha perdido un visionario y un genio creativo, el mundo ha perdido un ser humano asombroso” y no puedo estar más de acuerdo. Ha llegado el momento en el que una persona que plantó cara a una enfermedad horrible y la batalló durante años descanse tranquilo. Ha llegado el momento en el que una compañía debe demostrar que fue capaz de empaparse de la actitud de una persona visionaria y seguir hacia adelante. Si no os importa os dejo ahora y voy a disfrutar de una de sus visiones en conjunto con una de mis pasiones. Voy a conectar mi iPod y dejaré que reproduzca música aleatoriamente, descanse en paz Sr. Steve Jobs.

1 comentario:

  1. Ostras gallegas, pedazo entrada. Si que te lo has currado Claudia, la verdad es que se lo merecía el amigo Jobs. En resumen enhorabuena por el memorial y guardemos un minuto por el señor J.

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